Anteproyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario
El Consejo de Ministros ha aprobado el proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, normativa concebida para producir una drástica reducción del desecho de alimentos sin consumir que acaba en la basura y fomentar un mejor aprovechamiento de los mismos. Solo en los hogares españoles se tiran anualmente a la basura 1.364 millones de kilos/litros de alimentos, una media de 31 kilos/litros por persona en 2020.
De este modo se da cumplimiento a lo que marca la Meta 3 de Objetivo de Desarrollo Sostenible 12, lo cual implica que de aquí al 2030 se habrá de reducir a la mitad el desperdicio alimentario per capita mundial.
Este desperdicio alimentario ya había sido motivo de preocupación anteriormente, de hecho, ya se apuntaba de alguna manera en el Borrador de Anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados, cuando introducía por primera vez la definición de residuos alimentarios. Así vemos como este campo, muy relacionado con la sostenibilidad, el uso eficiente de recursos o la gestión de residuos cobra valor y al mismo tiempo así lo hace la solidaridad y la igualdad social. El desperdicio de alimentos perjudica al conjunto de la sociedad al encarecer el acceso a bienes de primera necesidad, malgasta recursos naturales escasos aumentando los residuos y el impacto ambiental, y lastra la eficiencia del sector productivo y su competitividad. Esta ley trata de orientar hacia un sistema de producción más eficiente, que enfoque al desarrollo de la economía circular.
Además estippula que el Gobierno adoptará políticas públicas y medidas para fomentar la adecuación de las fechas de consumo preferente a la prevención y reducción de las pérdidas y el desperdicio alimentario, y, en su caso, la posibilidad de poner en el mercado los productos con fecha de consumo preferente sobrepasada, para lo que se tendrán en cuenta los criterios establecidos por la Unión Europea en las propuestas legislativas en la materia.